El sombrero del perrochico es primeramente casi redondo, luego convexo y finalmente aplanado, con los bordes revueltos hacia las laminillas, película seca; color blanco con una tonalidad de ocre pálido. Láminas compactas, libres y blancas. Su pedicelo, macizo, cilíndrico, corto, algo fibroso y color blancuzco o avellana claro.
La preciada carne de la seta fina es recia, llena de olor agradable y notable como de harina fresca. Excelente comestible figura con el número uno en la opinión de muchos expertos.
Parece demostrada su propiedad de disminuir el nivel de azúcar en la sangre, con acción por lo tanto parecida a la insulina, sin embargo se desconoce que haya producido trastornos en personas de salud normal, ésta su condición hipoglucémica.
Crece en los prados, en las laderas, solitarios o agrupados, aparece en primavera de abril a mayo. Afortunadamente para el buscador, suele repetir su lugar de año en año, pero para una primera búsqueda él mismo ofrece pistas evidentes: la hierba se torna más oscura por donde crecen, por lo que es fácil localizar los setares. Eso sí, no preguntes dónde están los setares en Villavelayo, porque seguro que no nos acordamos de ninguno; coge una cachaba, una navajita y una cesta, recorre el campo, disfruta de él y si hay suerte... pues mejor.